Estreno: 3 de agosto de 2002. Espectáculo Coproducido con el Festival Internacional de Teatro, Música y Danza de San Javier (Murcia)
Última representación: 30 de abril de 2003. Teatro Pujalte de Beniel (Murcia)
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Espectáculo coproducido con el FESTIVAL INTERNACIONAL DE TEATRO, MÚSICA Y DANZA de San Javier (Murcia.)
Nominado Premios Max 2003 «Mejor Espectáculo Revelación»
EL FANTASMA DE CANTERVILLE
de Oscar Wilde.
Música original Salvador Martínez
Escenografía Octavio Galán y Susana Rodríguez
Dirección escénica Antonio Saura
Protagonizada por Antonio M.M. (EL FANTASMA DE CANTERVILLE), con Alfredo Zamora, Lola Martínez, Esperanza Clares, Jacobo Espinosa, Susi Espín y Sergio Alarcón.
Sobre la obra
El Fantasma de Canterville es uno de los cuentos más conocidos y valorados de Oscar Wilde.
Una modélica familia americana adquiere el Castillo de Canterville. A la firma del contrato son advertidos de la presencia de un fantasma. Se trata de Sir Simon de Canterville, el malvado fantasma que desde hace más de cuatrocientos años anda errante por las enormes estancias del castillo, provocando sustos mortales con sus camaleónicas apariciones, digno merecedor por ello del más terrorífico respeto.
La obra nos alerta del desastre al que el materialismo puede abocarnos, y da una visión sarcástica de la actual primacía de Estados Unidos de América del Norte sobre el resto del mundo. Todo ello aderezado con humor y ternura, pero también terror cuando el Sr. Otis dice: “Yo vengo de América, un país moderno donde tenemos todo cuanto el dinero puede comprar”. La versión teatral incluye textos de La importancia de llamarse Ernesto, El abanico de Lady Windermere, Un marido ideal y Una mujer sin importancia, que permiten mostrar la maestría y el ingenio de los diálogos del autor.
Antonio Saura, 27 de marzo de 2002
Sobre el Autor
Oscar Fingal O’Flahertie Wills Wilde nació el 16 de octubre de 1854 en Dublín (Irlanda), en el seno de una singular familia: su padre, médico cuya fama de mujeriego rozó el escándalo, y su madre, una nacionalista irlandesa, conocida como Speranza, poetisa y crítica literaria. La figura de su madre influyó profundamente en su vida y obra.
Estudia en Dublín y en Oxford (centro cultural de Inglaterra). Dos maestros, Walter Pater y John Ruskin, ambos representantes de la corriente estética de la Inglaterra de finales del XIX, influirían en la formación estética del joven Wilde. Viaja a Grecia, en donde encuentra la Belleza como ideal, impregnando de helenismo su ética, arte y vida.
En 1878 se da a conocer como poeta. Comienza a usar el traje estético personalizando en sí la actitud del dandi, definido por Luís Antonio de Villena, como una manera de rebeldía. Es la personalización de una rebelión contra lo que se entiende por Bien en una sociedad determinada. Es la aceptación del Mal.
En 1880 se da a conocer como autor teatral, y se introduce en las reuniones de la alta sociedad.
A finales de 1881 viaja a Estados Unidos como portavoz del movimiento estético británico que reivindicaba el arte por el arte. La cultura americana no interesó a Wilde. En 1884 contrae matrimonio con Constance Lloyd, y fruto del matrimonio nacen sus dos hijos. Para hacer frente a sus problemas financieros, trabaja como periodista. En esas mismas fechas conocerá a Robert Ross, con el que le uniría después una sólida amistad, que les llevaría a ser amantes, para finalmente volver a ser amigos para siempre. En 1887 dirige la revista femenina Woman´s World.
A partir de 1888 comienza su edad dorada. Publica sus mejores textos: su novela inolvidable El retrato de Dorian Gray, y los cuentos El Fantasma de Canterville y El crimen de Lord Arthur Savile.
En 1891 conoce a lord Alfred Douglas, joven aristócrata de veintiún años de edad; un encuentro producto de la fatalidad. Carmelo Sánchez ve como la amistad con Bosie le llevará a la ruina moral y económica, y le niega el sosiego que requiere la creación artística. Según De Villena, en esta época Wilde es el artista impecable -la frase de Baudelaire a Gautier- que amó y odió la vida apasionadamente, y que confundió, por ello, cuerpos y estatuas, hogueras y cenas, poemas y muchachos (…) Un Wilde dionisíaco, desgarrado por la zarpa aquella de la Belleza. Un Wilde cristiano primitivo mezclado gozosamente con el gran adorador del Sol.
En 1892 estrena El abanico de Lady Windermere, que inicia sus éxitos teatrales, continuados con el estreno de La importancia de llamarse Ernesto en 1985, cumbre de su fama, su éxito y su riqueza.
Un revés: en 1892 Salomé, que iba a ser interpretada por Sarah Bernhardt, no recibe licencia para ser representada en Londres por cuestiones morales.
En 1895 Wilde se querella contra el marqués de Queensberry, padre de Alfred Douglas, quien le había acusado de somdomita, y que sale absuelto del juicio. Es entonces cuando el marqués denuncia a Wilde ante los tribunales. Las relaciones homosexuales estaban prohibidas en la puritana Inglaterra, y se le declara culpable de sodomía y condenado a dos años de trabajos forzados en cárcel de Reading. Los amigos de Wilde le piden que huya de Inglaterra, pero éste se niega. Para César Vidal fue el linchamiento político de una celebridad.
Wilde jugó -según Jorge Luís Borges- trágicamente con su destino; inició un pleito que sabía de antemano perdido (…) En su destierro voluntario le dijo a Gide que él había querido conocer <>. La prisión, expresa De Villena, supuso un tremendo calvario para el esteta (…) no cual una penitencia (como algunos han insinuado), sino como una catarsis, como el obligado final de una tragedia clásica.
Sus dos últimos textos, escritos en prisión, son La balada de la cárcel de Reading, y la larga carta De Profundis una impresionante epístola en prosa dirigida a Alfred Douglas, a quien recrimina su comportamiento desde los comienzos de su vida en común.
Tras su liberación viaja a Francia, completamente arruinado tanto económica como socialmente.
Murió enfermo y solo en el Hôtel d’Alsace, en París, el 30 de noviembre de 1900.
En 1903 Max Reinhardt llevó a escena Salomé en el Kleinest Theatre de Berlín y Richard Strauss anunció que la utilizaría como libreto de una ópera.
Oscar Wilde es uno de los más notables representantes de la literatura europea de finales del XIX, y hoy día, transcurridos cien años de su muerte, es universalmente reconocido. Su obra, no ha envejecido; pudo haber sido escrita esta mañana (Borges).
Citar finalmente a Luís Antonio de Villena, imprescindible para el estudio de la vida y obra de nuestro autor: Oscar Wilde quiso un nuevo orden moral y un mundo feliz igualitario y libre, y creo yo que muchos seguimos luchando por ello.
Ficha Artística
EL FANTASMA DE CANTERVILLE
Autor: Oscar Wilde.
Traducción Lucía García
Escenografía Susana Rodríguez y Octavio Galán
Música Salvador Martínez
Versión, dirección escénica e iluminación Antonio Saura
Reparto:
Antonio M.M. El Fantasma de Canterville
Alfredo Zamora Sr. Otis
Lola Martínez Sra. Otis
Jacobo Espinosa Washington Otis
Esperanza Clares Virginia Otis
Susi Espín Estrella Otis
Sergio Alarcón Umney
Lord Canterville Antonio M.M.
Ficha Técnica
Técnicos en gira
Gloria Cerezo Técnico iluminación
César Verdú Técnico de sonido
Norrik Jefe Maquinaria y regidor
Vestuario: Javier Martínez
Realización escenográfica Susana Rodríguez, Octavio Galán y Norrik
Fotografía Joaquín Clares
Diseño cartel: Germinal Comunicación
Dirección compañía Antonio Saura
Dirección técnica Gloria Cerezo
Administración Antonio Clares
Asesoría laboral Guimen Asesores
Secretaría Lucía García
Dirección de Producción Esperanza Clares
Producción D.A.D.O. PRODUCCIONES TEATRALES, S.L.
Espectáculo coproducido con:
33 FESTIVAL INTERNACIONAL DE TEATRO, MÚSICA Y DANZA DE SAN JAVIER (MURCIA).
Espectáculo subvencionado por:
INAEM Ministerio de Cultura
Consejería de Educación y Cultura – Dirección General de Cultura
Región de Murcia
Con la colaboración de:
Red de Teatros Públicos de la Región de Murcia
Ayuntamiento de Murcia – Concejalía de Cultura y Festejos
Auditorio Municipal de Cabezo de Torres
Semana Grande de CajaMurcia 2002
Compañía asociada a MurciaaEscena