Los caciques, de Arniches, España frente al espejo
Óscar San Juan
Crítica de teatro La Rioja
Los Caciques, tragicomedia escrita por Carlos Arniches, es una magnífica adaptación de Saura que vuelve a poner en relieve la corrupción y el cohecho en España.
César Oliva, responsable de la adaptación, ha sabido con maestría depurar los textos de Arniches ajustándolos al público actual y facilitando así al espectador el disfrute de una obra ambientada en los años 30, pero en la que nos reflejamos hoy, en el siglo XXI. El espectáculo, sin duda, muestra la crítica social del autor de una forma satírica y logra que el patio de butacas, entre risas, reflexiones sobre lo atemporal de las escenas.
Con tan solo cuatro elementos decorativos que durante la obra están en constante movimiento, absolutamente a oscuras y con un potente sonido de tren comienza un divertido montaje que desde el minuto uno nos traslada a la España de los años 30, en la que los ayuntamientos todavía acarreaban el caciquismo implantado durante la dictadura de Primo de Rivera.
Una España, que a día de hoy no ha cambiado tanto y en la que la pillería, la picaresca, la verbena y el cotilleo están a la orden del día.
El casting ha sido todo un acierto y durante toda la obra se respira la cohesión entre los actores. Con gran maestría han conseguido que un escenario contemporáneo minimalista, compuesto por un módulo central de cartón multifuncional, sea suficiente para lograr que el espectador viaje en el tiempo y que los actores brillen sin necesidad de ornamento. Por supuesto, el cuidado vocabulario, la lograda actitud escénica de cada uno y el excelente vestuario hacen que la simplicidad escénica sea un punto positivo en esta obra con un final en el que triunfa el amor y pierde la corrupción.