Antonio Arco. La Verdad de Murcia. Cultura. Sábado, 4 de diciembre de 2010.

Alquibla se lo pasa bomba con ‘Anfitrión’

El montaje de esta obra clásica, cuya versión ha realizado el escritor Juan Ramón Barat, verá la luz el 14 de enero en el Teatro Guerra
La compañía que dirige Antonio Saura prepara el estreno en Lorca de la comedia de Plauto

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‘Todos estamos dispuestos a darles lo que necesiten a los poderosos para que sus deseos sigan siendo satisfechos’ (Saura)
Y ahora, en plena crisis y con las aguas de la cultura turbulentas, la compañía murciana Alquibla Teatro, que dirige Antonio Saura y que en 2009 celebró sus 25 años de entusiasta existencia, se atreve con una de las más gloriosas comedias de la Historia del Teatro: ‘Anfitrión’, de Plauto. Ya hay fecha para su estreno: 14 de enero de 2011. Será en el escenario del Teatro Guerra de Lorca, ciudad en la que vive el autor de esta versión de ‘Plauto’, el profesor y escritor Juan Ramón Barat. En Alquibla Teatro lo tienen claro: ni borrachos de vino y rosas, ni en un momento anímico de máximo bajón, ni locos perdidos de remate dirían sus fundadores y responsables -el propio Saura y su mujer, la actriz Esperanza Clares- lo que proclama el personaje de Estragón nada más arrancar la obra ‘Esperando a Godot’, de Samuel Beckett: «¡No hay nada que hacer!». Ellos no se dejan devorar por las sombras y siguen defendiendo que «hay mucho por hacer, por vivir, por sentir, por divertirse, por conocer, por arriesgar, por mejorar…». ¡Por todos los santos del cielo, pelean como leones! Y si este 2010 a punto de concluir ha sido el año del ‘Tartufo’ de Molière cuya versión firmó César Oliva y cuyo estreno tuvo lugar en agosto de 2009 en el Festival de Teatro de San Javier, 2011 será el año de ‘Anfitrión’. Antonio Saura promete, con este nuevo espectáculo destinado a público juvenil y adulto, diversión y risas aseguradas. Fiesta escénica, en la línea ya emprendida con la ración de Molière que nos sirvieron, bien aderezada de buen humor, en este tiempo de crisis presente hasta en la sopa boba que se nos ha quedado ya totalmente fría del disgusto. ‘Tartufo’ se planteó como una sátira para divertirnos un rato, ellos y nosotros, hablando de nuestro jodido mundo.
Ahora llega el turno de ‘Anfitrión’, montaje que crece sano ensayo tras ensayo y que contará con la música original de Salvador Martínez, compositor habitual en los últimos montajes de la compañía. En un espacio escénico diseñado por Adrián Liza -la iluminación la firma Mateo Nicolás, y el vestuario Begoña Sandoval-, interpretarán la función Nico Andreo (Mercurio), Sosias (Pedro Segura), Júpiter (Manuel Menárguez), Alcmena (Esperanza Clares), Luis Martínez Arasa (Anfitrión) y Bromia (Lola Martínez). Juan Ramón Barat recuerda que «la comedia ‘Anfitrión’ fue escrita por el poeta latino Plauto, quien tomó como punto de partida la campaña militar protagonizada por el cónsul Marco Fulvio Nobilior (Anfitrión) contra los etolios en el 189 antes de Cristo». Una comedia que «desarrolla un juego de equívocos muy típicos de la época. El dios romano Júpiter se enamora de la bellísima Alcmena, la esposa del militar en campaña, y aprovecha la ausencia del esposo para satisfacer sus deseos eróticos». Y se monta el lío padre y el drama madre.
Antonio Saura, que confía en conseguir con su nuevo espectáculo la feliz complicidad con el público lograda en su día con ‘El sueño de una noche de verano’, la obra de Shakespeare que les proporcionó uno de sus mayores éxitos, explica que montar ‘Anfitrión’ era «una asignatura pendiente que siempre he considerado que tenía con Plauto, el maestro de la comedia cuya influencia en toda la literatura dramática posterior, y sobre todo en los dramaturgos y autores de nuestros días, ha sido impactante y brutal». Llegó el momento. «Pensé que para este 2011, que va a ser un año bastante gris y aciago para la cultura en general -indica Saura-, no estaría mal poner en escena una comedia tan divertida como esta de Plauto».
«A mí -dice Saura a propósito de ‘Anfitrión’- siempre me ha divertido mucho la reflexión sobre los caprichos del poder. Todo el que es poderoso es muy caprichoso, sea el poderoso un militar, un dios, un político o un gran empresario. Toda la gente poderosa es muy caprichosa. En esta obra, el caprichoso es Júpiter, que de pronto se prenda de una mujer que no es la suya y diseña una estrategia perfecta para poder beneficiarse de ella». O sea, para beneficiársela descaradamente.
           
¿Dispuestos a todo?
No es ‘Anfitrión’ una comedia carente de actualidad. Saura recuerda, por ejemplo, que «es cierto que han existido siempre y que existimos muchos Anfitriones en la vida cotidiana que estamos dispuestos a entregarlo todo a ‘cambio de’». «¿Cómo es posible -se pregunta- que lleguemos al límite de entregar nuestra propia alma, lo que más deseamos o nuestro silencio por obtener algo? Y para obtener algo hace falta un superior al que poder ofrecerle lo que tengamos para que así nos sea propicio y nos recompense. Todos ejercemos de Anfitrión y estamos dispuestos a darles lo que necesiten a los poderosos para que sus deseos sigan siendo satisfechos. Y como en este juego estamos todos, está bien hacer una reflexión autocrítica sobre cuál es el sitio en el que estamos cada uno». Así nacen las buenas comedias, precisa Saura: «Cogemos un tema serio, lo deformamos, le damos un tratamiento cómico y nos reímos de nuestros defectos, de nuestros propios vicios y de nuestra propia pérdida de valores». Divertir aprovechando el tiempo, divertir zarandeando la mente para que no se oscurezca, divertir siendo críticos.
«Que Alquibla vuelva a estrenar una obra significa que la compañía no ha cerrado todavía, lo cual ya tiene muchísimo mérito con el panorama que hay actualmente; ya que, por ejemplo, la ausencia de presupuestos para programaciones teatrales en toda España es brutal», comenta Saura, empeñado en que su ‘Anfitrión’ tenga un alto nivel artístico. Cada detalle está siendo especialmente cuidado. «Como lo que Plauto monta en su ‘Anfitrión’ es un circo de enredos y equívocos», recuerda, «he desarrollado un espacio escénico en el que habrá ciertas claves circenses que impregnarán toda la comedia». Sobre un círculo de linóleo rojo de seis metros de diámetro tendrá lugar la acción. Mercurio, desde un singular columpio que ocupará el centro de la escena, jugará y hará jugar al resto de los personajes. Y al público. Todo muy sencillo, nítido, palpitante.