«Cuerpos, aires, hermosos… La familia Alquibla», por Julia Albaladejo

Cuerpos. Aires. Hermosos. “Cuerpos, que seáis felices esta noche”. “Aires, os merecéis ese larguísimo aplauso que os han dado”. “Gracias, hermos@s. Ha merecido la pena tanto trabajo”.

Las palabras del ‘dire’ llegan, vía whatsapp, antes y después de cada función, de cada cita con el público. Los cuerpos salen a escena en “Mi cuerpo será camino”; los aires, en “No me falte el aire”, y los hermos@s son los protagonistas de “Lo más hermoso todavía”. Son los mismos intérpretes los que han dado vida a todos los personajes de las tres obran que integran la Trilogía del Camino de Alba Saura-Clares. Tres obras en las que ha trabajado el mismo equipo y con las que Alquibla Teatro ha querido celebrar, de forma especial y, sobre todo, valiente, su 40 aniversario.

Alquibla Teatro son Antonio y Esperanza. De su fuerza, su determinación, su ilusión y su locura nació este proyecto. Alquibla Teatro también es Alba –y su sonrisa–, porque cuenta que se crió entre bambalinas y, claro, de un director y una actriz solo podía nacer una dramaturga. Ellos han sustentado este sueño, lo han seguido alimentando y viviendo tanto en los buenos momentos como en los malos, mirando adelante y apostando siempre por ese “teatro de la emoción”. Pero Alquibla Teatro también son todos los actores que han protagonizado sus montajes y quienes han estado detrás. Con cada proyecto han formado una pequeña familia que se ha ido sumado a la extensa familia Alquibla. Y, como en todas las familias, hay momentos felices y tensos, hay muchas risas, alguna lágrima, abrazos, fotos y… un grupo de wasap.

En este último año, he tenido la oportunidad de formar un poco parte de la familia Alquibla; de ser testigo, casi voyeur, de esa relación que puede resultar incluso algo extraña para quien la observa. Extrañamente hermosa, pasional y, al mismo tiempo, frágil e indestructible por todo lo compartido. Supongo que ‘jugar’ con las emociones es lo que tiene… es el maravilloso regalo que reciben de vuelta por desnudar el alma y entregarse con absoluta confianza. Y me atrevería a asegurar que esa familia es el mejor logro que se puede celebrar en un aniversario como el que ahora cierran.

Indudablemente, Alquibla es parte imprescindible en la cultura y la historia reciente de la Región de Murcia. Alquibla es teatro, esfuerzo y pasión. Muchos lo han contado ya por aquí y quien los conozca tendrá esa certeza. Han dado vida a los clásicos. Han apostado por autores contemporáneos. Por tragedias y comedias. Han hecho teatro a través de la cámara en la pandemia. Han seguido siempre arriesgando, dando un paso más, investigando, probando. Y en los últimos años han depositado su confianza y dado alas –el mejor regalo que se puede hacer– a Alba para que diera forma con su talento a una trilogía que hablara de la vida y también de su vida sobre los escenarios. De los caminos que se recorren y se cruzan; del aire que a veces falta y nos ahoga, y de lo hermoso que es mirar atrás cuando uno sabe que ha hecho todo con verdad.

Dicen que no tardarán mucho en apagar los focos para seguir viviendo en otros escenarios, que ya está bien de sufrimiento que, sí, seguro que compensa, pero también hace que suba la fiebre tras el estreno, que el estómago se cierre y que la incertidumbre golpee. Y para quienes escuchamos es inevitable pensar que ojalá no… que sigan muchos años más los mensajes de buenos días en el wasap la mañana de la función; que continúe el riesgo, la ilusión, ese silencio antes del aplauso y el hermoso camino que va ya rumbo al siguiente aniversario, al próximo reto.

Julia Albaladejo

Periodista cultural y directora de la agencia Divina Palabra