No me falte el aire (2023)

NO ME FALTE EL AIRE
de Alba Saura-Clares

La juventud, la ansiedad y el reverdecer

No me falte el airees un proyecto sobre los tránsitos que existen de la juventud a la madurez, del campo a la ciudad, de los últimos cincuenta años de España –desde 1971 hasta nuestros días-.

En un laberinto de espejos en tiempos y espacios, los personajes que recorren esta obra están buscándose desde su juventud y enfrentándose a lo que los aprisiona, recomponiendo las historias de su pasado, aprendiendo a convivir con la ansiedad de su presente y erigiendo estrategias para reverdecer.

La obra nos sitúa ante una juventud que transita la treintena y se marcha de casa. A través del personaje de Julia, nuestra protagonista, conocemos las historias de otros dos jóvenes, Álex y María. En una búsqueda de su identidad, a los tres les acompaña su pasado, el de las historias de otros que ya debieron enfrentarse a esos caminos en su juventud: Julián-La Lana, homosexual que escapa del pueblo para liberarse en una Barcelona disidente de los setenta; el de Marga, asumiendo que su vida la desea en el pueblo y no en la gran fiesta liberadora de la democracia de la Movida de los 80 en Madrid; o el de Paco, que nos habla desde el tiempo de la tierra y el campo y nos invita a que se borren los idealismos y trabajemos por el mundo que deseamos para vivir. 


Estreno 1 de diciembre de 2023. Teatro Circo Murcia
Público destinatario adulto y juvenil (a partir de 12 años)
Duración 100 minutos sin intermedio


Ficha artística y técnica

NO ME FALTE EL AIRE de Alba Saura-Clares
Música original Álvaro Imperial 
Dirección escénica Antonio Saura


El espectáculo está interpretado por tres actrices y tres actores (por orden alfabético): Cristina Aniorte, Esperanza Clares, Nadia Clavel, Julio Navarro, José Ortuño y Pedro Santomera.

Personajes protagonistas:

JULIA Nadia Clavel
ÁLEX José Ortuño
MARÍA Cristina Aniorte
MARGA Esperanza Clares
JULIÁN Pedro Santomera
PACO Julio Navarro


Técnicos en gira
Técnico de iluminación, sonido y video David Valverde
Maquinista y regidor Victorio Andrés Luna


Ficha artística:
– Diseño de escenografía y diseño del cartel Fernando  Caride
– Diseño de iluminación y espacio escénico Antonio  Saura
– Diseño de vestuario María Alemán
– Diseño gráfico y comunicación Divina Palabra
– Fotografía Joaquín Clares
– Asistente de fotografía Carlota Kristensen
– Vídeo promocional Twin Freaks Studio


Equipo de producción y administración:

Asesoría laboral Guimen Asesores
Prevención riesgos laborales Cualtis
Administración Marisa Escribano
Dirección de producción Esperanza Clares
Espectáculo producido por Alquibla Teatro
Compañía asociada a MurciaaEscena
Compañía miembro de En CompañíaS


La Trilogía del Camino surge en agosto de 2020 como proceso creativo para hablar de los tránsitos: de tiempos, espacios y etapas que nos ayudan a entendernos como sociedad. 

La trilogía está compuesta por MI CUERPO SERÁ CAMINO (2022), NO ME FALTE EL AIRE (2023) y LO MÁS HERMOSO TODAVÍA (2024). 

La Trilogía del camino es nuestra propia historia, la de Alquibla Teatro a lo largo de cuarenta años de camino itinerante: nuestro devenir migrante de teatro en teatro, nuestra ilusionante juventud, espectáculo tras espectáculo y nuestro respirar calmado al final del recorrido.


No me falte el airees un proyecto sobre los tránsitos que existen de la juventud a la madurez, del campo a la ciudad, de los últimos cincuenta años de España –desde 1971 hasta nuestros días-.

En un laberinto de espejos en tiempos y espacios, los personajes que recorren esta obra están buscándose desde su juventud y enfrentándose a lo que los aprisiona, recomponiendo las historias de su pasado, aprendiendo a convivir con la ansiedad de su presente y erigiendo estrategias para reverdecer.

La obra nos sitúa ante una juventud que transita la treintena y se marcha de casa. A través del personaje de Julia, nuestra protagonista, conocemos las historias de otros dos jóvenes, Álex y María. En una búsqueda de su identidad, a los tres les acompaña su pasado, el de las historias de otros que ya debieron enfrentarse a esos caminos en su juventud: Julián-La Lana, homosexual que escapa del pueblo para liberarse en una Barcelona disidente de los setenta; el de Marga, asumiendo que su vida la desea en el pueblo y no en la gran fiesta liberadora de la democracia de la Movida de los 80 en Madrid; o el de Paco, que nos habla desde el tiempo de la tierra y el campo y nos invita a que se borren los idealismos y trabajemos por el mundo que deseamos para vivir. 

A través de estos tránsitos, la obra se adentra en la salud mental como una de las principales problemáticas del tiempo presente: ¿hasta cuánto podemos aguantar sin quebrarnos? ¿Cómo cuidarnos ante esta vida que nos devora? ¿Qué estrategias nos ayudan a imponernos y liberarnos en comunidad? 

Se vive ante la ansiedad de un mundo que nos devora, en ciudades asfixiantes donde no se puede pagar por una habitación digna, en trabajos que nos absorben y siempre nos exigen más y más, en el aire contaminado y en la necesidad de salir corriendo. El campo retorna como el lugar idílico donde tomar aire para regresar al juego cosmopolita. Pero a la vez, la ciudad atrae en sus posibilidades laborales, en la realización personal, en el disfrute, en el encuentro liberador con la identidad propia que asfixia en la lentitud del pueblo. Y la rueda sigue y el pueblo asfixia y libera, y la rueda sigue y la ciudad libera y asfixia, y en esa incertidumbre de un mundo que nos hace adaptarnos a cada instante, intentamos sobreponernos a la individualidad de la ciudad y construir comunidades imaginadas que nos salven mientras decidimos cuál es nuestro lugar en el mundo.

Por eso la obra incita al diálogo intergeneracional, para vislumbrar que hay muchos caminos posibles, que incluso se fusionan: entre el folclore y la electrónica, entre la tradición y lo queer, entre lo rural y lo urbano… entre el silencio y el grito, entre la soledad y la verbena.

Y mientras construimos el camino, los personajes se encuentran entre el pasado y el presente y se ayudan a parar, tomar aire, respirar y pensar en la sociedad que queremos construir. En un abrazo en el tiempo, los personajes aprenden a aceptarse en lo humano y acompañarse en la ansiedad para que no nos falte el aire.