TRILOGÍA DEL CAMINO. Lo más hermoso todavía, de Alba Saura.

TRILOGÍA DEL CAMINO, de ALBA SAURA
Presentación de la tercera parte Lo más hermoso todavía
Centro Párraga de Murcia
8 de julio de 2024.

AGRADECIMIENTOS
La Máquina de nubes; Esperanza Clares/Antonio Saura/Alquibla Teatro, Alba Saura. 

Se preguntaba León Tosltoi ¿Qué es el arte y para qué sirve? Llegaba a la conclusión de que toda obra de arte debía servir para algo y que si no no era arte alguno. ¿Pero para qué sirve una obra de arte? No sirve para construir casas, ni para darnos calor, ni para alimentar nuestra barriga, ni hacernos más placentero el sueño. Sirve para algo que va mucho más allá como es alimentar nuestra alma y de ahí nos nutrimos con la belleza que nos descubre la obra en cuestión. Pero la belleza tiene muchas caras, tiene muchas verdades y cada una responde a las características de su época: El pasado, la historia, el amor, la soledad, la risa, la felicidad, el desasosiego, la incertidumbre, el éxito… De pronto nos encontramos con una compleja tela de araña que nos obliga a simplificarlo todo mucho o dar tantas explicaciones e introducir tantos matices que puede que nos perdamos en el bosque de los conceptos. Pero de cualquier forma, todos sabemos lo que es la belleza y la identificamos cuando la tenemos delante aunque no sepamos describirla. Nos pasa lo mismo con el amor, que todos sabemos lo que es pero nadie se atreve a definirlo. Aún así, voy a cometer el atrevimiento de acercarme a la belleza de la dramaturgia de Alba Saura. 

Hoy presentamos Lo más hermoso todavía, la tercera parte de la Trilogía del camino. No es una obra aislada aunque, perfectamente, pueden ser, cada una de las obras que forman la Trilogía, bloques independientes, pero esta como las otras responde a un ambicioso proyecto dramatúrgico que da como resultado tres espléndidos textos: Mi cuerpo será camino; No me falte el aire y Lo más hermoso todavía. 

Aquí me van a permitir una pequeña digresión: Cuando era pequeño y me padre me llevaba al circo, lo que más me fascinaba no eran las fieras ni los payasos, sino los trapecistas y, tal y como los recuerdo hoy, sus números tenían tres fases: Una primera en la que, desde media altura, el trapecista daba un salto mortal y era sujetado en el aire por el portor. Eso ya me hacía sentir los golpes de miedo y adrenalina en mi garganta. La segunda cuando el trapecista daba un doble salto mortal y caía en brazos del portor. Pero llegaba la tercera y con ella el más difícil todavía: El trapecista se subía a lo más alto del mástil de la carpa, allí donde empieza y termina el infinito, unos operarios quitaban la red y, después de un redoble de tambor y el golpe de unos platillos, el trapecista se lanzaba, daba un doble salto mortal, hacía un tirabuzón y era sujetado por el portor. Esta es la sensación que me ha producido la trilogía de Alba y, sobre todo, ese más difícil todavía con el texto que hoy nos ocupa: Lo más hermoso todavía. 

Mi cuerpo será camino es la primera obra de la trilogía y tiene como tema central la migración.  

Las obras que han articulado la migración española sobre los escenarios han sido La vendimia, de Rodríguez Méndez; El caraqueño, de Martín Recuerda y La camisa, de Lauro Olmo. Hay que añadir que, el retrato de las familias de la posguerra española lo realiza espléndidamente Buero Vallejo en Historia de una escalera que, de una forma metafórica, también habla de migración. Así es hasta la llegada de La mirada del hombre oscuro, de Ignacio del Moral y Ahlán, de Jerónimo López Mozo. España ya había dejado de ser emigrante para convertirse en un país receptor de inmigrantes y esto se refleja así en los escenarios. Creo que es importante establecer estos puntos de referencia, aunque de una forma tan fugaz, para enmarcar la línea de la dramaturgia que nos propone Alba porque, el desarraigo, la nostalgia, la pertenencia a un lugar o a otro, a una época o a otra, serán temas que recorren esta trilogía.  

No olvidar la historia es algo fundamental para saber con claridad cuál ha sido el camino recorrido, qué y quienes son los que nos han traído hasta aquí, de qué manera y con qué miserias y riquezas se ha ido abonando el camino para que nosotros podamos mirar a nuestro alrededor y reconocernos como seres sociales. Realmente es la única senda que puede garantizar una ruta hacia el futuro. En esta línea quiero destacar que, la literatura, el teatro y, en particular hoy lo que nos ocupa, la literatura dramática, es una de las herramientas de expresión social más potentes que tenemos y, como tal de revisión, de estudio, de observación y aprendizaje. 

Tuvo que venir la crisis económica del 2007 para recordarnos algo que habíamos olvidado: Nuestro pasado migrante y, de nuevo se repite la ruptura y desestructuración familiar. Volvíamos a convertirnos en un país que busca su futuro en Alemania, Francia o Inglaterra, principalmente.

Alba Saura, titulando la obra con el verso de la canción Mediterráneo, de Serrat, coloca el foco en el que se fue, en el que ya está allí, en la nostalgia, en el deseo de regresar y en la dificultad de hacerlo. Recoge una amplia cronología que va desde la migración a “las Américas” en los años 20 del siglo pasado, pasando por la salida en busca de trabajo hacia Alemania y Francia en los años 60 hasta la migración contemporánea a Alemania en la segunda década del 2000.

El texto está construido a partir de pequeñas historias que se entrecruzan entre sí, pero no en el ámbito del propio hecho temático sino que es el tiempo, la unidad de tiempo, que enlaza la memoria y el recuerdo con el presente, conformándose así la acción dramática de la pieza. El recuerdo y la actualidad, el pasado y el presente se conjugan para ofrecer un retablo que forma la historia migratoria de una familia. Esta obra fue estrenada por Alquibla Teatro en el año 2022. 

No me falte el aire: En No me falte el aire los personajes se lanzan a una búsqueda continua del camino del éxito y que esperan encontrar en la ciudad.  La dramaturga nos lleva de la mano, por medio de la belleza de un lenguaje que nace del dolor y la consternación, a mirar cómo la soledad se va instalando en todos los rincones. 1970, 1980, 1990, 2000 hasta el 2023. Trabajos miserables e insuficientes, alquileres desorbitados, gastos de supervivencia impagables, relaciones personales ausentes hasta el punto de que no conocemos al que sufre una fuerte depresión en la habitación de al lado. Ansiedad sobre ansiedad y mucha frustración.

En este recorrido nuestros personajes se miran unos a otros, miran hacia adelante y hacia atrás recorriendo generaciones y van viendo cómo han sido traicionados por esa búsqueda del éxito. Hoy, en 2023, alcanzar el éxito no es necesario para tener éxito. El triunfo llega cuando no se es devorado por la soledad y por el vacío y por la nada que cabalga trepidante en una sociedad donde el tiempo está al servicio de un éxito traicionero. El personaje de Julia tiene un monólogo final demoledor y del que extraemos tan solo unas frases muy significativas: <<Todo el tiempo confiando en que lo voy a lograr. Dejad de apoyarme. Dejad de decirme que estáis conmigo, que voy a triunfar… ¿Y si no puedo? Y yo no sé cómo fracasar más… fracasar muchísimo más para darme la hostia definitiva y entonces saber qué hacer con mi vida.  …  Sentir que no estoy sola y pensar que quizás eso sea todo: no estar sola para que no me falte el aire>>  Esta obra fue estrenada por Alquibla Teatro en el año 2023.

Lo más hermoso todavía: El más difícil todavía, cuyo título tiene su origen en la obra Orinoco de Emilio Carballido y que Alquibla Teatro estrenó con gran éxito bajo el título Las reinas del Orinoco, es un texto de aprendizaje, de generosidad, de reflexión y de ternura. Esta última obra de la Trilogía es una mirada al paso del tiempo y a la huella que vamos a dejar una vez llegamos a nuestro final. 

El personaje de Isabel, ya anciana, ha dedicado su vida a ser reportera gráfica, por lo que tiene un enorme archivo visual que le sirve a la autora para transitar a través de sus fotografías por los últimos años del franquismo hasta el 15M, pasando por aquel primer concierto de los Beatles en España, los atentados de ETA, la caída de Pinochet o la Guerra de Los Balcanes. 

En palabras de la propia autora   <<El final de la Trilogía del camino es un canto tan feliz como doloroso, donde nos interrogarnos sobre el paso del tiempo y cómo lo asumimos. A través de ella, reflexionamos sobre el legado y el sentido del arte y de la vida. Un recorrido para desquitarnos de los miedos y afrontar la vida, vislumbrando la huella que hemos dejado en quienes nos acompañan.>>

 Después de terminar de escribir las notas de este apartado me doy cuenta de que casi repito lo mismo que en el correo que le escribí a Alba después de leer su texto, así es que con el permiso de ella voy a compartir, letra por letra, lo que le comenté entonces, totalmente despejado del protocolo de un acto de estas características e impregnado por la impronta de la lectura inmediata: <<Acabo de terminar de leer la tercera parte de la Trilogía del camino. Empecé a leerlo como un dramaturgo y terminé leyendo como un lector. Fui quedando atrapado en la historia y en la enorme telaraña que tejes para conformar una compleja dramaturgia. Pero es que la vida no es una línea recta basada únicamente en una aristotélica relación de causa efecto, sino que se cruzan múltiples caminos que van focalizando el camino que forma nuestra vida. Tú lo reflejas muy bien, no sólo en esta obra, sino que es una constante en las anteriores.

Esta complejidad ya la resolverá el director en la puesta en escena, pero creo que es la forma más acertada de recoger las múltiples miradas de un personaje para conformar su historia. Y aún a pesar de la complejidad que comento, no dejas asomar el artificio. La palabra está desnuda de alambiques, no hay preciosismo ni escaparates sino realismo. Curiosamente realismo. Decía Galdós que escribir era muy fácil, sólo había que asomarse a la ventana y anotar lo que uno veía que pasaba. Nada más y nada menos. Tú te has asomado, no a tu ventana, sino al tiempo y has visto un camino y eso es lo que reflejas. Te alejas de la tierna trivialidad de Hay que deshacer la casa, de Sebastián Junyent o del recorrido silencioso de Michka en Las gratitudes, de Delphine de Vigan para situarte en una especie de trinchera, que le sirve de refugio a unos personajes que han recorrido una parte muy compleja de nuestra historia más reciente. Y eso sin realizar un discurso político, sin utilizar una ideología panfletaria, sino tan solo con el hecho de la acción dramática. Teatro puro, sin más.

Querida Alba, tu teatro es un teatro necesario. Es un teatro de recuperación de la historia para la historia. Es un teatro imprescindible para sentir que somos hijos de un ayer y que ese ayer es lo que nos permite mirar de frente al futuro.

Una cosa más antes de terminar. Tu texto es un reto. Obliga al director a crear el universo donde ha de fluir la escena. Por eso necesitas a un creador que mire con atención los rincones del alma de los personajes que van surgiendo en el cruce de los caminos de una rica geografía. Tienes suerte de contar con ese director y con esa actriz que va a interpretar el personaje de Isabel,  para el que es necesaria una interpretación poliédrica por las transiciones y por la enorme profundidad del personaje.>> Esta obra la estrenará Alquibla Teatro en el 54 Festival  Internacional de Teatro, Música y Danza de San Javier el próximo 4 de agosto. Allí estaremos. 

Ustedes entenderán que si estoy haciendo la presentación hable bien del texto, de su estructura, de la palabra dramática. Confieso que Alba, estas cosas, las pone muy fáciles porque, si bien no existe el texto perfecto, la belleza y profundidad de sus palabras es incuestionable. Ya he hablado un poco de esto pero, además, quiero añadir un comentario de carácter sociológico e histórico, si es que se puede hablar  de sociología sin tener en cuenta la historia. 

He dicho unas líneas más arriba que este teatro es un teatro necesario porque es un teatro que nos obliga a mirarnos a nosotros mismos como sociedad pero también como individuos y, al mirarnos nos reconocemos en el pasado y en el presente, algo tan necesario para poder abordar el futuro. No podemos olvidarnos del camino que hemos recorrido, de ese camino que ha ido trazando nuestro devenir porque somos hijos de cada una de las piedras, de la arena, de los matojos que han conformado esa ruta, pero también de los amaneceres, de los colores, de la lluvia y de los frescos aromas que nos han traído los vientos que vienen de tierras lejanas, esos vientos que, lejos de intoxicarnos, de apropiarse de nuestra lengua y romper nuestras costumbres, enriquecen nuestra alma y nuestro futuro con nuevos horizontes. 

Querida Alba, muchas gracias por ofrecernos este camino. Este hermoso y necesario camino. 

https://fulgenciomlax.wordpress.com/2024/07/09/trilogia-del-camino-lo-mas-hermoso-todavia-de-alba-saura/